Dicen por ahí que a los abogados nos tratan como perros de pueblo: nos esconden en las fiestas y nos sacan cuando hay pelea.
Trabajo para intereses que no me seducen,
entre puros hombres grises,
entre expectativas aburridas
y mochos blaquiazules.
Nunca, enfatizo NUNCA, quise trabajar en un despacho pero parecía una buena oportunidad (o más bien la única) para poner en práctica la materia de mi tesis.
Por eso y como un reto lo escribo en este blog, pienso cambiar de giro, cambiar de trabajo.
Esta suerte de bitácora me ayudará a tener una perspectiva en la pantalla de las bondades y mamadas de este H.H. recinto.
Mi propósito es arriesgarme a perder un trabajo seguro, bien pagado y a ratos tan absurdo como cualquier otro, para evitar que sigan pasando los años y me de cuenta que mi vida no me gusta, y que me siento más burda que de costumbre.
Puede salir bien, mal o muy jodido, pero que va, jugar diario a The Office puede causar daños irreversibles a mi salud mental.
Así que aquí vamos.
SEMANA 1...
5 comentarios:
Suerte en la lucha contra el absurdo laboral. Es un trabajo sucio, pero alguien tiene que hacerlo.
Un saludo solidario, n.
Como Sancho Panza (no por chaparro y panzón) estaré apoyándote en esta misión libertadora.
Gran decisión. Muchos ovarios, o más bien los mismos pero bien puestos, ja.
Abrazo
Um... parecía que renuncié? Aún no, pero en eso estoy, debo ahorrar.
ñaaa! Yo me entere (muy) tarde y no por ello no te deseo buena empresa en la nueva suerte que te impusiste =)
Saludos!
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