martes, mayo 26

Sin título

La mujer esperaba, formada en la fila de la caja. De espaldas, el largo cabello negro, la espigada figura y la blusita ceñida anunciaban a una mujer de veintivarios. De perfil, su cara no mentía: treinta y muchos, sin duda. El sujeto que la acompañaba tenía evidente kilometraje de más: cincuentón mal cuidado.


Ninguno de los dos lucía sencillo; sin embargo, contrastaban. Ella, arreglada a pesar de la hora y el día; él, con ropa holgada y gastada.


El hombre la miraba sabiendo que esa misma noche se acostarían en la misma cama, costumbre que le resultaba desesperante.


Apenas y recordaba los años espléndidos en que se regocijaba con su cuerpo firme y juvenil. Le quedaba la cara: pedigree al límite. Los años parecían haber pasado en vano, seguía comportándose como una adolescente malcriada. Así la había comprado. Cuando él estaba en sus frescos treintas, le complacía darle gusto en sus caprichos, formar parte de sus rabietas, de sus desplantes; en suma, le parecía entretenido estar junto a ella en esa explosión, en esa incongruencia. Por ello detestaba a las mujeres razonables, pensaba que no ofrecerían ni una noche de locura, que con ellas, sería como escribir toda la vida sobre un cuaderno rayado.


Perdió de vista los años que esa explosión duraría. Olvidó que no tendría siempre ánimo para soportar esa adolescencia sin fin. Pensó que sería suficiente con sus blusitas ajustadas y aquellos pantalones cortos, por más que su aparente permanencia no combinara con el irremediable paso de los años.


La miró con hartazgo, sabiendo que ya no tenía sentido quitársela de encima. La miró con la amarga certeza de que esos serían los días vividos hasta el fin.

lunes, mayo 25

Disintegration


En estos días grises, lluviosos y disfrutables, nada como escuchar completito el Disintegration de The Cure. Soplarse el tráfico así, parece cosa de niños.

El disco abre con Plainsong. La llovizna choca contra los cristales, la atmósfera se torna un tanto triste: Sometimes you make feel like I living at the edge of the world, 'It's just the way I smile'. You said.

Luego la inolvidable Pictures of you: larguísima y melancólica, nos remite al amante que no encontró las palabras adecuadas para que el otro se quedara. Se lamenta: I've been living so long with my pictures of you, that I almost believe that the pictures are all I can feel.

Con la clásica Lovesong, se alegran los humores. Luego, Last dance prepara el escenario de una despedida congelada en el tiempo: Un sujeto lúgubre y una mujer casi arrepentida se preparan para un último baile al tiempo para recuerdar que nada permanece.

Luego está Lullaby, esa canción de cuna pesadillezca en la que Robert Smith hace gala de una voz suave y estremecedora, con la que narra la historia de un tipo que se encuentra en un cuarto oscuro, esperando aterrado el acercamiento de una araña with a candy stripe legs. Como una cíclica tortura sabe que diariamente es devorado y al siguiente día amanece consciente de que esa araña estará hambrienta de nuevo.

Fascination street te invita a una noche que no será de copas pero sí de perdición. Con Prayers for rain la lluvia disminuye de intensidad. Queda el rostro mojado: I deteriorate, I live, I dirt, And nowhere glows. Sólo queda esperar por la siguiente lluvia.

Vuelve a llover en The same deep water as you. Somos presa de la melancolía con aquel we shall be together.

Disintegration es mi favorita. Queda el sabor de extrañar lo que se ha ido, por más traicionero que sea, sin reclamos: I never said I would stay to the end. La marcas van, como siempre, más allá de lo palpable: Stains on the carpet and stains on the memory, songs about happiness, murmured in dreams when we both of us knew how the end always is.

Con Homesick se prepara el cierre. La música nos pone a tono con la tristeza, la voz, más desgarradora que otra veces, ruega: just one more. Cierra con Untitled. El inicio alegrón, disimula que irremediablemente vas a deriva en los ojos del fantasma, de rodillas y con las manos al aire, empujándote hacia su recuerdo de nuevo...


lunes, mayo 18

A propósito de Benedetti

Un viernes por la noche más. El bar de costumbre. Los amigos de siempre. Una presencia inesperada. El encuentro. Tu mirada. Al descubierto mi secreto, aquél olvido. Un acercamiento. La sonrisa correspondida. Calor. Un ponerse al día que rebasa al tiempo. El paso de los años generosos en tu cuerpo. Tus expresiones exageradas que no han cambiado. Un brindis. Abrazos. Rostros cercanos. Pupilas dilatadas. La pregunta que te atormenta. Una respuesta despreocupada. El reto. Un encuentro furtivo en un tu casa. La ansiedad de tus manos en mi cuerpo. El desdén de mi orgullo ante tu amor confeso. Mi falta de memoria. Tu devoción. Mis ganas de provocarte. Tu intento por asentarme. Mi desinterés. El asombro. Mi rendición. Tu venganza. Por fin, mi llanto. La dulzura de nombrarte. Tan dulce como tenerte. Para que vengas, aunque no vengas. 


lunes, mayo 11

Audiencia en la pista

Son contadas las audiencias que he llevado en el Estado de México, pero mis (afortunadamente) pocas experiencias en tan lejano territorio siempre dejan una historia, como aquella de la Contraloría asentada en un antiguo salón de fiestas.

Atrás quedó la moda de construir sobre cementerios (que va, eso no luce), ahora los salones olvidados y polvosos son poblados por una manada burocrática dispuesta a llenar con olores a torta y tamal el ambiente matutino. 

La cita era a las 10. Nos costó un poco de trabajo llegar, porque el lugar estaba medio escondido y tenía un letrero pequeñito. Pasamos por unas estrechas escaleras (sí, como en las fiestas) y zas! entramos en un amplio lugar con paredes color durazno y cortinas de piso a techo. 

Me anuncié. Mientras esperaba que me pasaran, me divertía mirando los techos con figuras de estrellas blancas en relieve y cubículos pegados a las orillas. 

Y pensar que Peña Nieto le invierte más a su paloma...

Terminado el show y mientras el documento era firmado, aproveché para preguntar: 
 
- ¿Se acaban de cambiar verdad? Es que se ve todo muy limpio. 
- Sí, tendrá unos dos meses. Antes era un salón de fiestas, y tuvimos que improvisar cubículos. Si se asoma del lado derecho, junto a la impresora está la barra ¿Ya vio?... y solté una discreta risilla.

Relajados los ánimos, me dijo que se habían quedado sin presupuesto para la remodelación, pero que esperaban pronto pintar el lugar de verde olivo, el color institucional. 

- Ya decía que esta contraloría se veía muy optimista-, le dije. - Es raro verlas de duraznito, pero a poco no le gusta más?, esos colores parcos desaniman-
- Pues sí, pero sí se ve muy raro que la pista esté al centro... y las cortinas...
- Eso que ni que, pero pueden aprovechar para las comidas, total ya tienen la barra.


Surreal.


jueves, mayo 7

Todos somos Melvin... con influenza


Hoy, la ciudad comienza a volver a la normalidad, si normalidad puede considerarse guardar una sana distancia de 2.5 metros entre cada persona. 

Después de contener la respiración durante casi dos semanas, los defectuosos podemos exhalar cuidadosísismamente. El espanto continúa para algunos.

Vamos de salida de este capítulo paranoico, cuyo clima de tensión es poco comparado con el verdadero horror, el horror económico que será el saldo arrojado por los días de encierro. Por lo pronto, acá unos datos duros que, según Monsiváis, habrán de ser recordadas con cariño porque ya estuvieron en nuestro miedo o en nuestro alivio, que para el caso es lo mismo http://www.jornada.unam.mx/2009/05/03/index.php?section=politica&article=003n2pol

Por otra parte, hoy reabren los cines y eso ya son buenas noticias, peeero (todo estará lleno de peros últimamente) deberemos observar las recomendaciones de la Secretaría de Salud. Las noté algo incompletas, así que tuve que hacer algunas precisiones:

Lineamientos de Prevención y Control en Materia de Influenza A(H1N1)



  • Platicar, procurando mantener una distancia de 2.25 metros, ya que el virus se transmite por gotas de saliva. (Close talkers, pueden ir olvidándose de mí).
  • No saludar de beso, mano y abrazos. (Esto originará saludos con otra clase de frotamientos, estoy segura).
  • En el caso de una actividad compra-venta (taquilla, tienda de alimentos/ dulcería, etc.) tratar de hablar y acercarse sólo lo necesariamente indispensable (No ande de perro con la de la taquilla, pues).
  • Como resultado de las medidas anteriores, en los centros de trabajo se observará una reducción significativa de los irritantes y siempre presentes lame-culos y besa-manos.

     TÉCNICA CORRECTA PARA EL LAVADO DE MANOS
    • Puede usar jabón de pasta en trozos pequeños y deberá cambiarlos con frecuencia (diariamente). (Se recomienda ver Mejor…Imposible, e imitar a Melvin. Ya no será mal visto se paranoico, al contrario, será muy IN).
    • Mojar las manos con agua y aplicar jabón. (Esto es como la típica instrucción estúpida para armar algo, tipo ‘sáquelo las partes A, B y C de la caja antes de pretender armarla).
    • Tallar las manos enérgicamente durante 15-20 segundos, hasta formar espuma. (No se le ocurra, ni por asomo, lavarse con hueva).
    • Cubrir todas las superficies de las manos y dedos, llegando hasta los pliegues de las muñecas. (Porque eso de lavarse nomás la puntita de los dedos es muy puerco).
    • Cerrar la llave del agua con la toalla desechable y abrir la puerta del baño con la misma. (WOW! Sí, todos somos Melvin).
    • Tirar la toalla desechable en el bote de la basura. (Sí, por favor, no sea marrano, olvide su costumbre de tirar la basura en el piso).
     Se recomienda lavar las manos:
    • Después de toser o estornudar.
    • Después de tocar manijas y barandales públicos, botones de elevador, después de haber tocado objetos como llaves, monedas, billetes; objetos de oficina de uso común: teclados de computadora, impresoras, máquinas de escribir, engrapadoras, etc.
    • Antes de tallarse los ojos, la nariz o la boca.
    • Si va caminando, cada 5 cuadras aplíquese su gelecito.




    TÉCNICA ADECUADA PARA TOSER O ESTORNUDAR

    • Abra la boca.
    • Entrecierre los ojos.
    • Eche la cabeza ligeramente para atrás.
    • Tápese la boca con un pañuelo desinfectado, o con el ángulo interno del codo.
    • Échese para adelante y estornude sonoramente.
    • Preocúpese, puede usted estar infectado, olvídese de todo y concéntrese en sus síntomas.
    Actualización: Estoy iracunda. Resulta que por los días de asueto obligado nos pararon una joda, pero léanlo mejor:

    Muy estimados todos:
    En razón de los últimos acontecimientos acaecidos en la Ciudad de México y las medidas sanitarias que tuvieron que adoptarse para afrontarlas, el Despacho tuvo necesidad de dejar de operar varias tardes.  Consecuentemente, les ruego que por favor, hasta en tanto nos volvemos a poner al corriente en los trabajos, las tardes de los viernes se vuelvan a trabajar hasta nuevo aviso, en un horario corrido hasta las seis de la tarde, comenzando por este mismo viernes 8 de mayo, considerando una hora para comer. 
    Se acabaron las tardes libres de viernes, no bastan las 12 horas que nos aventamos de lunes a jueves, Me jode!

    martes, mayo 5

    Los infiltrados


    Estos días de reclusión, he podido ver hartas pelis de más de 2 horas sin prisa alguna, así que me eché nuevamente Los infiltrados, de Martin Scorsese. Es tan buena como la recordaba, exacta, redonda, crudita.

    La idea se desarrolla en Boston, pero bien pudo haber sucedido en cualquier otro lugar, en el que la mafia haya rebasado al orden que impone el supuesto poder público.

    De este modo, la mafia y el orden tienen a sus infiltrados que les permiten ir un paso adelante, nomás que si los dos dan ese paso, sucede que van parejos, y no hay avance ni retroceso, sólo ilusión de los mismos.

    Colin (Matt Damon haciendo gala de su sonrisa perfecta), es el infiltrado en la policía. Debe y puede hacer méritos, parecer respetable y probo y cargar con todo el show de la ropa seria e inmaculada, la relación seria con una novia bonita, la disciplina laboral y la vida hecha o en camino a hacerse, en pocas palabras, debe llevar una doble vida.

    Billy Costigan (Leonardo DiCaprio, en el papel que lo he vistomás parecido a mi anterior gato) actúa como agente encubierto. Él no puede vivir por partida doble y debe dejar una de sus vidas en stand by, esperando recuperarla cuando todo eso termine. Mientras tanto, la consigna es deshacerse de los buenos modos; para ser hay que parecer, dicen por ahí.

    ¿Por qué Costigan y no otro? Porque no tiene familia, porque el día que se de cuenta que no tiene nada que perder, podrá ser insolente a madres y confundirse con ellos. Eso lo sabían Queenan (un muy convincente Martin Sheen) y Dignam (Mark Wahlberg, fabuloso! ogt hasta las pestañas!) al momento de reclutarlo.

    Del otro lado está Frank Costello, líder de esa mafia. Al tener el poder, todos suponen que sólo puede jugar de un lado. Cosa curiosa, ignoran que hasta arriba hay que saludar de mano a todos.

    Una charla entre Colin y Ellerby (Alec Baldwin) revela un rasgo más de la respetabilidad con que ellos deben contar: matrimonio. La razón era más o menos así, Casarte te hace confiable, de menos la gente dirá, alguien soporta a este hijo de puta.
    Impresión general, contraria a la desconfianza que generan los solteros que dizque no saben comprometerse y a quienes nadie soporta... convenciones al fin.

    Acercándose al final, la peli nos comienza a dejar el tufillo de lo jodido que está el Orden. Nos dice también que vale la pena, sólo por las historias que respira.


    viernes, mayo 1

    Ni feas ni interesadas

    Platicábamos el otro día de que a las mujeres no se les permite ser feas, desarregladas ni nada por el estilo. Si son verdaderamente poco agraciadas, de menos tienen que estar aliñadas. Si son exitosas deben ser bellas o estar buenotas (típico caso de Elisa Salinas), ni pensar tener unos kilos de más porque parece que eso resta éxito, demerita la imagen (fuente: RH). Hay que tener de todo y hay que tenerlo bien puesto o hay que tener la cara bonita, o de menos, arregladita.

    Por el contrario los hombres pueden ser feos-sexy, pueden ser llenitos y bien listos o atractivamente desarreglados. Pueden tener un deportivo y con eso basta, pueden tener poder y ya no necesitar más adornos. En caso de que aliñarse no sea lo suyo siempre pueden decir 'eso es para putos'.

    El estereotipo de mujer guapa es muchísimo más homogéneo que el de los hombres que se pueden considerar atractivos o guapos, para ejemplo basta un botón: No existe el equivalente masculino para la rubia de categoría, simple y llanamente porque es mucho más difícil encuadrar el gusto de las mujeres en un patrón específico.

    Por otra parte, los hombres tranquilamente pueden decir en un bar 'tal vieja está bien buena/ no tiene cerebro pero que buena está/ si así quedan todas las mujeres operadas, que se opere la mía'... y demás cositas similares.

    No critico que observen esculturales cuerpos o admiren la habilidad de los cirujanos, el punto aquí es que pueden hablarlo con gran normalidad en cualquier plática y a nadie le sorprende. A todos nos parece normal y no los tildamos de idiotas, güilos o superficiales. En cambio, las mujeres que aceptan y proclaman estar muy interesadas en el dinero que tengan sus presas y que únicamente salen con sujetos que traen ciertos carros, son mal vistas, tachadas de putas-interesadas y cabeza hueca. Si eso es lo que les interesa, deben matizarlo diciendo que quieren a alguien que pueda darles estabilidad financiera para el futuro, pero de eso a decir 'si no tiene dinero de sobra no me interesa', ni pensarlo, aunque por dentro sea lo único que les interese. Entonces, las mujeres no podemos ser feas ni interesadas. Debemos ser bonitas y fijarnos en el gran amor que puedan darnos, ni modo de cambiarlos 'por tres monedas'.

    No es que trate de hacer una apología de tan ventajosas jovencitas, simplemente observaba la disparidad en las críticas hacia uno u otro género. Porque en igual condición queda el 'es bien pendeja, pero está bien buena, además no la quiero para pensar' que el 'trae un carrazo del año, tiene casa propia, viaja y tiene dinero, a ver qué tantos regalitos le puedo sacar'.

    Así que como siempre suelo reírme con mis amigos cuando dicen sus sabios adagios al ver mujeres pasar, también me reiré con las mujeres que se aprovechen de su dinero.