martes, marzo 31

Dr. Frankenstein, dos monstruos al precio de uno


No podía perderme la ópera rock de José Fors, Dr. Frankenstein, por tratarse de uno de mis mitos favoritos, en cuyo amoroso triángulo se encuentran:

El ente, que representa un reto a la muerte.
La muerte, cuya conciencia nos hace demasiado humanos.
El hombre que ha osado arrogarse un atributo divino: la creación de vida y que será azotado con dolorosos castigos por tal atrevimiento.

Puedes animar a un cuerpo, pero no darle alma, dice la mitológica lección.
¿A quién le sirvo? ¿Para qué estoy hecho? Se pregunta el ente, respuestas que no pueden ser dadas por un simple mortal, por lo cual la creación abominable se torna en contra de su creador.

Al respecto, también tenemos anécdotas como pet cementary y dawn of the dead.
Insiste la divinidad: No trates de revivir lo que muerto está, eso sólo hago yo con los míos y hasta tendrá cara de milagro, lo tuyo será una tragedia.

Volviendo al tema la puesta en escena, estuvo buenísima, José Fors (SEXY hasta caracterizado de ente), Ugo Rodríguez de Azul Vileta, Salvador Moreno de La Casta e Iraida Noriega, maquillados a la Burton quedaron muy bien juntos. Todo un deleite para los corazones rockeros.

También vi a Opeth y yo feliz en la marea de matas que confundía con la de la mismísima Amanda Miguel.
Dicen que son los Back street boys del metal, pero no esta es la nueva música clásica. Y como siempre faltan rolas, extrañé 'in my time of need' y 'bleak'.

Miren nomás cómo la luz señala a David Isberg, como el elegido:



Ahora espero con ansias el 6 de junio, pero eso es otro post.



jueves, marzo 26

Calorcito

O break the lose. All the life's grandeur 
is something with a girl in summer.
-Lowell- 

Los días calurosos comienzan y con ello el ardor de los cuerpos.


Las tardes espléndidas de abril y el viento tibio de mayo, barren con los abrigos, la piel se descubre.


Desflora la lujuria en los amantes, presente en la tersura de los besos y las ganas de tocarse que no cesan.


Aparecen los amores de verano, preciosos por fugaces.


El contacto con el agua se vuelve un placer. El tacto de otras manos mojadas sobre el cuerpo, lo exacerba.


Cae la noche y la temperatura no cede. Sólo revolverse entre ligeras sábanas con alguien puede aliviar el calor que se presenta a oscuras.


El amanecer llega con una brisa suave a través de la ventana. El cielo está claro e invita a vivir, aunque su grandeza sea, precisamente, como una muchacha en verano.



martes, marzo 24

Nadie sabe para quién trabaja

Transcurría la clase mientras leíamos unos cuentos del gran Francisco Tario, Pensé, Todo está escrito.  Pensé, Ya te olvidé.


Hacía unos momentos la pregunta ¿Leyeron Beowulf? Me hizo recordar la película, olvidando por completo si la vi contigo o con aquél.


Pues bien, resulta que tu presencia se ha desvanecido de un montón de anécdotas, pero justo antes de tal desaparición, la lectura de ‘La noche del loco’ me hizo sabedora de las razones de la intersección de nuestros caminos: Hace años dejé trunco un cuento porque no podía darle a mi personaje la sensación de apego por lo que no existe más. Helo aquí, yo tan afortunada. No más preguntarme la razón de esa cita, disfrazada de casual encuentro.



jueves, marzo 19

El luchador/ Watchmen


Habiendo probado las mieles de la efímera fortuna, el luchador Randy “The Ram” Robinson interpretado por Mickey Rourke (símil en la vida real y madreadísimo al grado de parecer Alfredo Palacios), tuvo el apogeo de una palomita de maíz durante los años 80’s, época durante la cual le picaba el ombligo a la fama. La vejez y las facturas de la vida parecían tan lejanas que su encuentro hasta parece sorpresivo y ese encuentro, en manos de Darren Aronofsky es una delicia. 

Después de las grandes arenas, siguieron las peleítas para aficionados que nunca redituaron lo suficiente, pero eran su gran pasión. Poco antes de una mítica revancha, un mal cardiaco le impide volver a pelear (eso me recordó al capítulo de Los Simpson en el que Homero ya no puede recibir más cañonazos en la panza o muere) y sólo entonces decide hacer un arreglo en su vida, asentarse un poco.  

Resulta preciso trabajar en lo que deje algunos centavos y no lo mate (¿Gusto o gasto? Esa es la cuestión), así sea despachador de carnes frías en un súper mercado, donde corre el riesgo de ser reconocido por alguno de sus seguidores, recibiendo crasa humillación (Imagínense nomás lo que sería ver a alguna de las glorias nacionales en un miércoles de plaza. Místico preguntándole amáblemente ¿Qué va a llevar joven?). 

Una de mis secuencias favoritas (Absolut Aronofsky) ocurre cuando "The Ram", acompañado por los sonidos que antecedían sus gloriosas salidas a la arena, atraviesa los pasillos internos del supermercado, hasta atravesar las cortinas de plástico del departamento de carnes frías. Cesan los vítores y sale a la luz ante su nuevo público. 

Por otra parte, su hija cuando dejó una novedad interesante, se convirtió en una adolescente resentida a que él no conoce, resultando laboriosa hasta la compra de un regalo (aunque resulta muy graciosa la compra de la chamarra "S")

Como cliente frecuente de un table dance, "The Ram" se enamora de  Cassidy (una muy muy guapa y conservada Marisa Tomei) a quen predeciblemente le paga por compañía y un poco de lo que parece cariño. Ella supone que mezclar negocios con placer es mala idea, así que la historia de amor no culmina en dulce encuentro.

En un final de antología que inicia con la clásica Sweet child o'mine, The Ram decide volver a la arena, Cassidy trata de hacerlo cambiar de opinión, él responde: The only place I get hurt is out there. The world don't give a shit about me. 

Muy recomendable.
Por cierto, tiene un gran soundtrack.

También vi Watchmen y me encantó. Son los Cien años de soledad de los súper héroes, escuché por ahí. Coincido. 
Redención, depresión, abulia, disfunción eréctil y demás conflictos hacen de estos súper héroes altamente disfrutables. ¿Mis favoritos? Dr. Manhattan y el Comediante.
Muy recomendable. 

lunes, marzo 16

Resurrección

La muerte no vino de aquí ni de allá.
Estuvo en nosotros como un huésped;
tuvo nuestro rostro,
el ademán de nuestras manos.
-Homero Arjidis-

Entraba en mi cuerpo, como quien entra en una tumba. Aunque decía no creer en dios, cada vez que se deslizaba entre mis piernas pensaba que tal vez un milagro podía ocurrir, porque después de todo, dios es dios, aunque tenga cola.

Y así, en un acto ritual, cada vez que hacíamos el amor, cerraba los ojos y pensaba que tal vez, al abrirlos nuevamente la vería a Ella, su dificil y a veces hasta insoportable mujer, pero suya al fin.

-El huésped entra cuando le da la gana y difícilmente toca la puerta-, le dije.
Finalmente tiré la toalla y me di la vuelta.

Ni para fantasma me gustabas, pensé mientras me iba, porque después de todo,
aún con la certeza de la muerte, mi cuerpo sólo guarece vida.

martes, marzo 10

Y así


Pocas cosas en la vida me molestan tanto como la fresecita con que algunas personas, en su mayoría niñas, en su mayoría, fresas y/o wannabe, terminan sus enunciados: un suave y pitero 'y así'.

NOTA: Las frases que a continuación se anotan son verídicas, increíblemente verídicas.
 
Y es que yo quiero mucho a mi mamá y así... y nos llevamos súper bien y así... y yo era bien borracha y así... 

¡¿Y así qué?!

En fin, supongo que si todo si hablaran bien, el mundo sería aburrido. 

Basta de burlas, debo ayudar a esas personas. Mmm... seguro el libro escrito (bueno dictado) por la mismísima Myrka Dellanos (¿Recuerdan a esa cándida conductora del clásico programa de los 90's, Primer Impacto?), les quedará como anillo al dedo. Toda una joya de las letras (uno nunca sabe los tesoros que encontrará en la Feria del libro de Minería).

¿Nos aconsejará cómo conseguir un novio tan envidiable como El sol? Seguro lo logró con la ayuda del todopoderoso y su madre unidos (infalible ese dueto, eh) Corran a comprarlo!

Me pregunto si acaso fue de los más vendidos...



jueves, marzo 5

Déjame entrar. Vampiros sin glamour


Una noche, Oskar conoce a su vecina, una niña que parece solitaria. Eli es desaseada, ligeramente hostil. Parece mayor, pero dice que tiene 12 años, aunque no recuerda cuándo los cumple. Dice que no siente el frío y no sabe cuál es ese olor extraño que emana.

Cuando vuelven a encontrarse en la nieve, ella parece un poco más accesible, juegan un rato. De regreso a sus casas, Oskar la escucha del otro lado de la pared gritarle al que piensa, debe ser su padre.

Oskar y Eli comienzan a salir cada vez más, inevitable que Oskar se enamore por primera vez. Inevitable que quiera pasar más tiempo con ella, ser su amigo, su hermano.

Un simple juego de niños termina por hacer ver que Eli es un vampiro y la dureza de su mirada revela que ha estado errante por mucho tiempo.

Oskar se enamora de un vampiro, dirán -qué cosa más trillada-, pero no es el caso de este niño a veces inocente, a veces altanero, que vela el sueño de su infante vampiro, despojada de todo glamour, durmiendo en un poco convencional ataúd.

El departamento de Eli parece muy sencillo: no tiene más que una mesita con un montón objetos simples a la vista, pero que valen una fortuna, como si el largo tránsito por la vida les hubiera hecho perder brillo. ¿Y acaso no sería así? Los tesoros que nos acompañarían en caso de una desafortunadamente larguísima vida se desgastarían con los años hasta parecer juguetes viejos y al final sólo nosotros conoceríamos su valor.

Oskar decide quedarse con Eli, y mientras él sea útil ella lo conservará, tal vez después cuando parezca su padre, ella decida cambiarlo por otro niño.

Se agradecen todas las secuencias de sangre, no se la pierdan!

 

También vi La duda, todo un duelo de actuaciones.

Resulta notable que durante la película no se revela al espectador cuál es la verdad, logrando dejar sembrada justamente la duda sobre la pederastia del cura a pesar de la muy creíble antipatía del antagonista.

Todo inicia por un ‘rumor fundado’ de una monja, vaya, cómo detesto a la a esa gente.