Los días duraban años,
entre tus ojos y el mar.
Las noches duraban siglos,
entre tus gritos y el bar.
Fue un verano fatal.
-Prietto viaja al cosmos con Mariano-
¿Y qué de esas miradas que se encuentran en el calor de la noche?
¿Qué de las borracheras que en apariencia existen sólo para aliviar el calor aunque en realidad signifiquen una invocación?
Momento en que la comodidad de ayuntarse juntos, hace imaginar que los días duran años y los susurros hacen eco durante muchos veranos más.
¿Y qué, si llega como un temporal?
¿Y qué, si con su mismo nombre anuncia la fecha de caducidad?
Qué va, ya llegará el invierno.