viernes, junio 25

HE ♥ LUGARES COMUNES

Anónimo Hernández es un escritor que se sabe malo, feo y atarantado: confunde los nombres completos y correctos de las glorias literarias. En un revolvedero total de datos, recuerda haber leído Cien años de sobriedad, La muerte de Abstemio Cruz y El jardín de los cerezos que se trifulcan... hasta Shake Spears le suena a que debe ser primo de Britney Spears. 

El escritor malo parece tenerlo todo en contra: una vez limpia su apartamento para una entrevista y resulta que las señoritas entrevistadoras querían conocer la mugre y sociedad en que vive un escritor.  Y ni modo, se pone a conseguir unas buenas cucas. 

Un buen día se le ocurre crear a su personaje memorable: Escribator, el justiciero de la Literatura Universal, el defensor de las letras, cuya primer misión es destruir letreros tales como "Jugos y yogurs" (personalmente yo le agradecería que le diera una descarga a aquellos que escriben "haber si nos vemos").
  
Como casi todo escritor, si no es que todos, Anónimo entra en un taller literario para darle una manita a Escribator. Ahí, las dentelladas no se hacen esperar y la rudez innecesaria le saca de onda. Con las sugerencias dadas, su creación termina convirtiéndose en Aspirator: una simple aspiradora, compuesta con la palabra "aspirar": un artefacto doméstico que aspira a ser escritor y que, mientras tanto, tiene que tragarse toda la mugre. 
No cabe duda: Las estrellas lo iluminan al revés.

Los dejo con un fragmento de entrevista que Anónimo concedió en Tijuana, donde se encontraba dando un taller de Cómo ser un escritor malo:   

- Oiga, Malo, me gustaría preguntarle sobre el medio editorial de nuestro país...
- Sn uns hpócrtas... Nmás se publicn-ntrellos.
- Nuestro invitado afirma que, como todos sabemos, existen algunos grupúsculos, pero que vivimos en un ambiente democrático y... bello. 

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Apuntes de un escritor malo, de Mauricio Bares, Editorial NITRO/PRESS, es una sátira fluida y divertida del mundo literario. Se los recomiendo para pasar un muy buen rato en que inevitablemente recordarán a algún conocido que haya leído hasta las etiquetas de las latas de chiles jalapeños. 

Lo conseguí en la Feria del libro independiente en el fce y no aparece en el catálogo de Gandhi y El sótano, pero vale la pena que lo busquen. 

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Confieso que sólo Francisco Hinojosa me había hecho reír tanto. Mauricio Bares: soy tu fan. 



lunes, junio 7

ABEL

Una tarde, Abel sale del psiquiátrico de Aguascalientes de la mano de su madre. Al llegar a su casa, todo es silencio: Abel aún se niega a hablar. Sus hermanos, una adolescente y un niño de 6 años, apenas le hablan. Parecen temerosos de lo que pasó y lo que aún pueda pasar.

Durante la noche un cambio se gesta en nuestro protagonista: se lava los dientes con el cepillo de su padre y se pone su enorme pijama.

Al siguiente día Abel comienza a hablar de nuevo, asumiendo el papel del padre de sus hermanos y el esposo de su madre. A sus tiernos 10 años, Abel parece todo un señorcito.

Un buen día, el padre vuelve de su ausencia con justificaciones a medias. ¿Y usted quién es? Le pregunta Abel...

Abel, (Diego Luna, México, 2010) es una película como pocas: sugerente. No cae en el viejo truco del flashback y realmente lo vuelve innecesario de cara a la historia que nos cuenta. Los personajes están muy bien desarrollados y su contexto da para muchas charlas de sobremesa.

Hacía tiempo que no veía una obra donde, siguiendo lo que dice David Mamet en su libro Dirigir cine, sno caiga en el descaro de mostrar absolutamente todo al espectador. 

Espléndida. No se la pierdan. 

Lo bueno: En general muy buenas actuaciones. La sorpresa va desde lo bien parado que sale Jose María Yazpik, hasta el encanto, bien naturalito, de Abel y su hermano. 
Lo malo: Quienes haya visto J.C. Chávez, la peli anterior de Diego Luna, tal vez no tengan ganas de verlo de nuevo tras la cámara, pero créanme, esta vez lo hace muy bien. 
Lo feo: Nada. 


miércoles, junio 2

Un día cualquier en mi trabajo tercermundista

Tarde. Algún día de enero de 2010.

Yo.- Por cierto, ¿vamos a presentar panel este año en el Congreso? Lo digo para revisar las líneas temáticas y buscar ponentes que les interese el tema, además de Alex.
Él.- No tengo muchas ganas, van a hacerlo en República Dominicana, como el año antepasado.
Yo.- Ok.
Él.- ¿Te acuerdas que nos cayó huracán aquel año?
Yo.- Sí, y la organización no fue muy buena.

Tarde. Algún día de febrero de 2010.

Yo.- Me escribió Alex preguntándome queremos unirnos al panel que está empezando a armar.
Él.- Mmm, no sé, dejáme ver.
Yo.- ¿Me avisa? Nada más para decirle que no nos contemple.
Él.- Sí.

Tarde-noche. Ayer. Durante un día tenso, un día de furia. Él ha estado en su intenso neuro tono todo el día.

(Suena mi extensión telefónica.)
Él.- Oye me estaba acordando que ya era hora de que supiéramos de qué va a ser el panel que vamos a presentar este año, ¿ya sabes?, ¿ya te pusiste en contacto con Rogelio?
Yo.- No.
Él.- Bueno, pues escríbele para ponernos de acuerdo sobre qué vamos a presentar.
Yo.- ¿No era con Alex con quien íbamos a presentar el panel? Hasta nos preguntó, ¿se acuerda? Rogelio es el que no le hace caso a los correos.
Él.- Bueno, pues ponte de acuerdo con Alex AHORITA.
Yo.- Ok, pero primero tengo que terminar lo que hay que enviar hoy.
Él.- Mhm, bueno, bueno, termina y luego ves eso.


Nota: Para finales de mayo, yo había descartado lo de Dominicana, pero olvidé ese bonito detalle que suele tener mi jefe de dejar pasar MESES y luego pedirme las cosas para ese mismo instante. Que bonita organización. 

Pero bueno, sigo con la cuenta regresiva y dejo constancia de estas perlas por si a estas alturas del año que entra me dan ganas de rajarme.