Una tarde, Abel sale del psiquiátrico de Aguascalientes de la mano de su madre. Al llegar a su casa, todo es silencio: Abel aún se niega a hablar. Sus hermanos, una adolescente y un niño de 6 años, apenas le hablan. Parecen temerosos de lo que pasó y lo que aún pueda pasar.
Durante la noche un cambio se gesta en nuestro protagonista: se lava los dientes con el cepillo de su padre y se pone su enorme pijama.
Al siguiente día Abel comienza a hablar de nuevo, asumiendo el papel del padre de sus hermanos y el esposo de su madre. A sus tiernos 10 años, Abel parece todo un señorcito.
Un buen día, el padre vuelve de su ausencia con justificaciones a medias. ¿Y usted quién es? Le pregunta Abel...
Abel, (Diego Luna, México, 2010) es una película como pocas: sugerente. No cae en el viejo truco del flashback y realmente lo vuelve innecesario de cara a la historia que nos cuenta. Los personajes están muy bien desarrollados y su contexto da para muchas charlas de sobremesa.
Hacía tiempo que no veía una obra donde, siguiendo lo que dice David Mamet en su libro Dirigir cine, sno caiga en el descaro de mostrar absolutamente todo al espectador.
Hacía tiempo que no veía una obra donde, siguiendo lo que dice David Mamet en su libro Dirigir cine, sno caiga en el descaro de mostrar absolutamente todo al espectador.
Espléndida. No se la pierdan.
Lo bueno: En general muy buenas actuaciones. La sorpresa va desde lo bien parado que sale Jose María Yazpik, hasta el encanto, bien naturalito, de Abel y su hermano.
Lo malo: Quienes haya visto J.C. Chávez, la peli anterior de Diego Luna, tal vez no tengan ganas de verlo de nuevo tras la cámara, pero créanme, esta vez lo hace muy bien.
Lo feo: Nada.
3 comentarios:
Grata sorpresa. Me encantó lo sugerente: todo eso que deja a nuestra imaginación y consideración. Gran casting. Los hermanos (reales) se la vuelan; sobre todo el menor. Gran historia que no cae en el estereotipo del cine mexicano: lenguaje vulgar, sexo, dramones... Hasta la única escena que pudiera generar controversia te hace reír. Le pido al señor Luna que ya se quite el traje de charolastra y nos siga contando bellas historias como la de Abel.
Pensar que existe un niño real, mejor que la actuación de Abel:
http://www.youtube.com/watch?v=zbfZFnTQQ1E
Cierto! El chamaco de Valentín es buenísimo!
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